Fortalezas y debilidades para educar con equidad de género


Dentro de la educación en México, recientemente se ha implementado una ideología inclusiva, donde se brinde educación de calidad para atender a la diversidad de los estudiantes. Esto también implica la equidad de género, un tema bastante complejo en una sociedad como la nuestra, donde se ha vuelto tan común actos de discriminación entre hombres y mujeres.

La educación al igual que la sociedad, van cambiando conforme pasa el tiempo, ahora las exigencias ante este tipo de problemáticas son grandes, ya que forman parte de una transformación del pensamiento, formas de actuar y de la mentalidad en los alumnos. Se basa en una apertura mental para ser comprensivos e igualitarios entre hombre y mujeres.

Desde el ámbito educativo, la tarea del docente es intervenir en la formación de sus alumnos, dejando en ellos una educación afectiva, practicando los valores, fomentando una cultura en donde impere la igualdad de oportunidades sin importar el género, orientación sexual, etc. en las aulas se debe propiciar un ambiente de confianza y de respeto para todos, incluyendo a todos los que se encuentran dentro de la escuela.

Las escuelas tienen la tarea fundamental de introducir cambios en la educación, desde las primeras etapas educativas para que los alumnos reflexionen y analicen los valores de paridad, ya que los alumnos pueden implementar actitudes igualitarias, desarrollando en ellos una perspectiva de género, comportamiento social o cívico, dejando atrás los roles sociales anteriores.

Al abordarse en las primeras etapas educativas, se puede moldear mejor el pensamiento de los alumnos, ya que no son conscientes todavía de los esquemas sociales, de las visiones machistas/feministas y representan una oportunidad excelente para encaminar la enseñanza en la senda de la igualdad de género.

En las escuelas se debe favorecer los ambientes de aprendizaje adecuados para implementar este tipo de educación, que se adapten a las exigencias sociales, que se rija en valores y se trate de generar hábitos en los alumnos para que sean equitativos. Todos los alumnos deben tener acceso a los servicios educativos al igual que docentes y directivos.

A mi parecer, para lograr este objetivo deben plantearse distintas estrategias, planes de estudio acciones particulares en los centros educativos, que se lleven a cabo en todo el trayecto de la educación básica, que resuelvan problemas tan comunes como los juegos entre niños y niñas, no diferenciación entre colores para un género, los roles sociales para hombres y mujeres, etc.

Todos estos proyectos o planes deben ser transversales con la familia del alumno, pues forma parte del sistema educativo, es el principal centro de educación integral del niño/a  y es el lugar donde se le puede dar seguimiento a las actividades equitativas.
Por ello, como docente en formación debo ser consciente de la responsabilidad con los alumnos para guiarlos y formarlos; en el camino del respeto, la igualdad de condiciones, valorar las capacidades de los demás y la igualdad en todos los aspectos.

Se busca una educación igualitaria para niñas y niños, pero existen factores que pueden llegar a dificultar esta tarea. Vivimos en un país donde por ley toda tenemos las mismas garantías y derechos, sin distinguir género; la realidad es otra. Nuestra sociedad se ha caracterizado por la desigualdad social, el machismo y la falta de oportunidades para mujeres.

Ha quedado claro que el contexto y la sociedad juega un papel crucial en la educación, de ello depende el éxito o fracaso de planes, programas, estrategias, etc. de ahí que el entorno de gran parte del país puede resultar como un impedimento para la equidad de género.

Son situaciones o circunstancias que lamentablemente se han convertido en prácticas comunes, principalmente del hombre a las mujeres. Es un problema que cuesta bastante erradicar, pues ha formado parte de la cultura de los estereotipos marcados en años pasados, que han sido trasmitidos por generaciones y que en algunos lugares se niegan al cambio social.

La escuela no ha sido exenta de este problema, pero un espacio adecuado para luchar por erradicar y cambiar la mentalidad de los alumnos desde una edad corta. Se debe aprovechar el impacto de las tecnologías, abrir la mente y crear conciencia sobre la sociedad en que vivimos.

Pero no todo radica en la escuela, pues si en el hogar de los alumnos no se apoya este tipo de mentalidad, poco impacto puede tener las actividades que se lleven a cabo en la institución educativa. Al igual de manera individual debe plantearse la forma de actuar que se requiere, que postura va a tomar y los valores que implementará.


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